domingo, 8 de mayo de 2016

Me encanta mi trabajo. jajajajajaja


Hoy en el trabajo es de esos días interminables, estamos a final de mes, y todo son informes y más informes.
Mi trabajo en el departamento de compras es agotador, desde hace un tiempo que tenemos más trabajo del que podemos desarrollar. Suerte que con este exceso de trabajo nos dan apoyo otro departamento de la empresa. 
   Y sabiendo que eso es así, a pesar de la jornada agotadora que nos espera, voy a ser un poco mala. Si, a mis 29 años, empiezo a tener muchas cosas claras, sé lo que no quiero y también me marco mis caprichos, por eso, hoy, me he vestido para triunfar. 

Todos me conocen como Julietta, la chica del departamento de compras. La verdad que mis compañeros me encantan, soy de las pocas mujeres que hay en la empresa, y me miman en exceso, pero a mi me encanta.
Supongo que uno de los motivos es mi bonita sonrisa y un cuerpo bien proporcionado, hoy voy con mi vestido negro, bien arrapado a mi cuerpo, sé que los voy a alborotar, pero como os he dicho antes voy a triunfar.

Desde que nos ayudan otros compañeros en las tareas que nosotros no llegamos, tengo más contacto con el jefe del otro departamento. Es Julio, un cuarentón de estos que cada día mejoran, me impactó el día que me lo presentaron, impecable, perfumado y de esas miradas que cuando te miran te desnudan con extremada sutileza... Su elegancia me vuelve loca y creo que el lo sabe, hoy me toca trabajar codo a codo con el. Ayer me pidió que por favor venga a primera hora de la mañana y que no podremos salir del trabajo hasta que este todo acabado.

Otros días se han quedado 2 compañeros más, pero hoy como sé que estaremos solos el y yo, voy a ver si lo pongo nervioso. 

Nada más entrar a su despacho, estaba leyendo un informe y levanta la mirada de golpe y me dice:
  -  Julietta, (con cara de admiración) bien, puntual como te dije, y cada día me sorprendes más.
  -  ¿Porqué Julio? (le pregunto con mi sonrisa irresistible).
  -  Ese vestido negro te queda precioso, perdona mi intromisión, pero como hoy no hay más compañeros te lo puedo decir.

Sonreímos al unisono, y sus ojos se iluminan con esa mirada diabólica que me desnuda.

Uffff,  mi cuerpo se acelera, me excita este hombre, es increïble su perfume, su proximidad me pone nerviosa, pues un jefe es un jefe. Eso también forma parte de mi excitación.

Trabajamos toda la mañana concentrados, pues tanto el como yo somos muy responsables y eficientes, trabajar en una multinacional tiene muchas ventajas, pero no puedes dormirte en los laureles. Paramos para comer, pero yo, voy a mi casa que esta muy próxima a la oficina, en una hora vuelvo a estar inmersa en los informes que son tan urgentes. Vamos a buen ritmo, pero el jefe se retrasa, no pasa nada, pues el jefe es el jefe.

Viene de comer y alegre como siempre, (es súper simpático) cuando me sonríe con esa media carcajada me dan ganas de bajarme las bragas y entregarme a él en este mismo instante. Pero mi cabeza responsable me dice, quieta Julietta, espera, normalmente a las 19.00 horas no suele haber ya nadie. 

Hoy igual nos tocan las 22:00 horas entre papeles. Consultas y dudas constantes hacen un ir y venir en la oficina.

Por fin son las 19:30 horas y hace tiempo que no entra nadie, mirando a traves de las persianas de la cristalera empiezo a ver que sólo hay luz en un departamento alejado y que no tenemos contacto.
Me siento siempre delante de Julio, en la misma mesa que él, pues así nos vamos pasando los informes y comentándolos, pero hace un rato que estoy en la mesa redonda de reuniones de su mismo despacho ordenando los informes a entregar.
Estoy en frente de el, desde su mesa me ve perfectamente, voy dando vueltas a la mesa redonda ordenando informes, sé que me esta mirando, me inclino todo lo que puedo para resaltar mi figura, (igual que en la foto). Me siento en una silla de la mesa redonda, estoy delante de él, el vestido no llega a la rodilla y al sentarme hago que el vestido suba un poco, le regalo una visión lateral donde se pueden ver mis curvas perfectamente y creo que le estoy enseñando mis preciosas medias negras de caña. Sé que esta mirando, lo observo de reojo, me encanta provocar a mi jefe, compañero o dile como quieras.. me estoy poniendo muy caliente... 
  -  Julietta (me llama) por favor me acercas esos informes.

Me giro abriendo disimuladamente mis piernas, se que no lo debe hacer una señorita, pero me encantaria que hoy ponga sus manos en mi cuerpo....

Me levanto, me dirijo a su mesa, se los entrego y en ese momento me dice:

  -  Por favor, mira esto, me hace un gesto para que me ponga cerca de el.

Sin pensarlo me acerco todo lo que puedo y mirando los informes, rozo su brazo con mi cuerpo. Noto como su mano empieza acariciar mi pierna... Uffff, esto es increíble...excitación, deseo, escalofríos... Me acerco más y más, aún sabiendo que es una locura, pero es lo que deseo.

Me abro sutilmente de piernas, abierta para él, Julio me acaricia suavemente por encima de la rodilla... busca acariciarme más arriba... en ese preciso instante se gira y nos miramos con tal pasión que cierro mis ojos para afirmarle que todo es correcto, quiero que siga.... su mano acaricia el final de mi media de caña en ese instante que no puedo contener un suspiro enorme, hace que vuelva a cerrar los ojos.... giro mi cuerpo para facilitar que me acaricie y que su mano llegue a ese objetivo tan deseado por los dos,  sus dedos entran dentro de mi tanga mientras mis manos acarician su moreno pelo (él sigue sentado).
Me vuelvo a girar, esta vez para apoyarme en la mesa mientras él con su silla del despacho se planta delante de mi...

Es ahora que me sube el vestido y descubre ese esplendido tanga negro que me he puesto para la ocasión... lo deseaba tanto que ahí estoy yo entregada como un animal en celo. Sus manos buscan mi trasero, mientras el inclinado a mí, aparta su silla y se arrodilla para tener mi sexo a la altura de su boca...
No me puedo creer que Julio este a punto de beber el jugo de mi placer.... lo tengo empapado y quiero que beba el elixir que genera mi cuerpo por tanta excitación, y mi deseo de ser suya, tiemblo sin que ni siquiera su boca toque mi piel.. sus manos no dejan de acariciarme y entre caricia y caricia deja caer mi tanga al suelo... quiero de una vez por todas sentir su lengua dentro de mí... levanta la cabeza y ve la excitación de mi entrega... es ahí cuando yo apoyada en la mesa de su despacho y con mis manos cogiéndome fuerte para no caerme noto su boca en mi... todo mi cuerpo se rinde al movimiento de su lengua, al tiempo que mis jadeos se aceleran, me tiemblan las piernas, Julio lo nota, aguanta mi cuerpo mientras su lengua entra y sale de mi húmedo sexo.

Mi respiración se convierte en jadeos, mi alma sonríe de tanto placer... no puedo evitar gritar su nombre.

  -  Julio, Julio por favor penetra me, entra dentro de mi, le grito con toda mi pasión.

En ese momento se levanta y coge mi cuerpo con una mano, me acerca a él, y besa mi boca... no pierde el tiempo en hablar, noto su erección junto a mi... su otra mano esta intentado quitarse el pantalón... 
Mis manos: una acariciando su nuca, mientras nos seguimos besando con tanta pasión que me cuesta respirar, la otra colabora para poder quitarle el pantalón... 
Quiero que me penetre.. necesito sentir esa erección en mi... Cae su pantalón al suelo y es ahí cuando aprovecho para poner mi mano en su slip y acariciar su erguida verga.
Sus manos ahora se han metido dentro de mi vestido, me acaricia la espalda y con gestos sutiles retira mi vestido negro, donde yo, me limito a levantar los brazos para facilitarle la libertad de mi cuerpo.
Mis pechos siguen dentro del sujetador negro a juego con el tanga que unos instantes antes me ha dejado caer sobre mis zapatos de talón, esos zapatos que hacen que mi metro sesenta y ocho centímetros crezca en diez centímetros y tenga su boca a mi altura. 
Reprendemos ese beso de pasión después de retirar mi vestido, sus manos juegan con el broche de mi sujetador mientras las mías buscan los botones de su camisa para desnudar lo y sentir su piel junto a la mía., cae mi sujetador al suelo poco antes que mis manos retiren su camisa... todo ello sin dejar de besarnos con la intensidad de dos locos llenos de deseo. 

Busco con mis pechos bien erguidos unirme a su cuerpo, prácticamente desnudo. En ese justo momento la pasión de su boca deja mi boca y baja cuello abajo para empezar a mordisquear mis pechos... voy a explotar de placer... me excita se coma mis pechos, su dulzura hace que mis gemidos sean gritos susurrados al silencio de la oficina.
Deja de repente de besar mis pechos para retirarse lo suficiente, y repasar todo mi cuerpo y verlo desnudo (como tantas veces me ha desnudado en su imaginación) y fundirnos en esa mirada que yo la acompaño con ese precioso gesto de arrodillarme ante él para empezar a saborear la parte que más fantasías ha despertado en mi.

Dejo caer su slip sobre sus zapatos, mientras relamo lentamente su pene antes de ponerlo todo dentro de mi boca. Julio abre su piernas para tener mayor equilibrio, mis manos en sus glúteos las muevo para darle movimiento a su verga dentro de mi boca, ya que estoy entre la mesa y él, y no puedo mover mi boca para darle el placer de una buena felación. Clavada mi cabeza en la mesa, el sigue el movimiento de mis manos.... noto su placer, se retira un poco de mi, para facilitar el movimiento de mi cabeza, sus manos la mueven al ritmo de su placer...
Estamos desnudos en la oficina (que placer, que morbo), tanto él como yo sólo con los zapatos, después de marcar su ritmo en mi boca al saborear su pene, me levanta, vuelve a separase de mi cuerpo.

  -  Julietta eres preciosa, el sueño que deseo desde que te vi entrar en mi despacho.
  -  Julio quiero me llenes de ti, por favor entra dentro de mi.

Esas palabras hacen que Julio me gire y me incline en la mesa de su despacho al tiempo que tira al suelo todos los informes (que estaban bien ordenados), mis pechos sobre la fría mesa, rápidamente notan el vaivén del movimiento de su pene cuando me penetra.
La penetración és un éxtasis de placer, mis entrañas lo han notado rápidamente como parte de mi. Sus movimientos, primero suaves y lentos para ver como nuestros cuerpos se acoplan, se vuelven intensos, tan intensos como los jadeos que emite mi boca... Sus manos levantan levemente mi cuerpo para moverme con la fuerza de sus abrazos en mis pechos, pellizca mis pezones.... levanto la mirada para gritar más y más, y me veo reflejada en los cristales de la puerta que en este momento hacen de espejo. La intensidad de sus movimientos y su pene bien acoplado a mí, hacen de mi interior un volcán de placer que recorre todo mi cuerpo hasta llegar al orgasmo... Mis gritos de placer excitan a Julio que de una sacudida saca su pene de mi interior, me gira de nuevo, me sienta en la mesa (esa mesa que tantas veces hemos compartido trabajando) abre mis piernas y me vuelve a penetrar, mientras su boca se une de nuevo a la mía, para beber mi saliva y mis jadeos, esta vez silenciados por su lengua....

Mi excitación provoca que mi nuevo orgasmo no tarde en llegar, retiro mi boca para morder su cuello en ese preciso instante que mi orgasmo hace que grite su nombre mientras mis labios se aferran a su piel....
me abrazo, me abraza, su movimiento pasa a ser dulce y suave, nos besamos lentamente, nuestras lenguas juegan con los labios del otro... su pene sigue en mi.... nos acariciamos como el que recorre el cuerpo del otro para descubrir donde esta su mayor placer.... su pene sigue bien erguido dentro de mi... En este momento sale de mi interior mientras me pide:
  -  Julietta dame el placer de tu boca en mi sexo.

No dudo ni un instante, y me inclino nuevamente ante Julio (mi jefe), voy a darle tanto placer a él, como placer tendre yo, quiero saborear su sexo en mí.

Mi lengua recorre todo su sexo: empiezo lamiendo sus testículos, para subir lentamente a la punta de su verga y ponerla dentro de mi. Noto que su cuerpo vibra, sus piernas se endurecen, sus glúteos en mis manos se tensan para aventurarme lo que tanto deseo... Si, quiero que su semen entre dentro de mí.... Y, en ese instante, noto como sus gritos de placer ensordecen mis oídos, al mismo tiempo que mi boca se llena de ese preciado liquido que bien caliente quema el interior de mi cuerpo. Saboreo hasta la ultima gota ... se que eso excita a los hombres y a mí me llena de placer beber tan sabroso manjar.

Me incorporo y le digo:
  -  Julio, ¿será nuestro secreto? 
  -  Si, (responde él) siempre que pueda volver a sentirte en mi.

Sonrío con complicidad, mientras nos empezamos a vestir viendo que son ya casi las nueve de la noche.

  -  Julietta, seguimos mañana, te invito a cenar, ¿te apetece?
  -  Si, vale (vuelvo a sonreír).

Tengo ganas de saber que hay detrás de mi jefe. 

Me encanta mi trabajo. Jajajajaja


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