lunes, 10 de octubre de 2016

Allí donde no lo esperas


Era de Esos días que no me apetecía salir, estaba ya lloviznando, pero había quedado con Verónica.
Ella és de esas mujeres que te enamoran sólo con la vitalidad de su voz, habíamos hablado 3 o 4 veces en la ultima semana para ver las obras que tenia que hacer en la casa de sus antepasados recién heredada.
Venía recomendada por una clienta muy especial, y no me pude negar a hacer la visita en domingo.
Me sonó el móvil y era un Whatsap de un número que no tenía memorizado. Es Verónica, que tal y como habíamos quedado, me enviaba la localización para vernos en 30 minutos. No pude evitar mirar la foto de su perfil de Whatsap. Era una foto donde se veía su alegre sonrisa. Me encanto su el brillo de sus ojos y su juventud, ya que debería tener unos 35 años, 10 menos que yo
Me apresuré a salir de casa, aunque mi cuerpo me pedía cama, llegué a las 10:30 en punto. Sólo había un coche, supuse que era de ella.
La mansión era inmensa, 3 plantas y unos 40 metros de fachada culminados con un torreón en la parte derecha. Una puerta entreabierta me invitaba a entrar, y no lo dudé un momento, pues, empezaba a llover.
Entré y la llamé por su nombre:
  -   Verónica, grité.
  -   Bajo de seguida, me respondió.
Atónito a tan bello lugar, pues era una casa que dentro del abandono de sus años deshabitados, conservaba su esplendor de una gran Mansión.
La poca luz que entraba por las ventanas iluminaba las paredes pintadas por grafitis de alguna guerrilla clandestina que seguramente se apoderó del lugar en más de una ocasión.
Escuché como unos zapatos de tacón se acercaban y una voz que melódica que me dijo:
  -   Josep, ya estoy llegando.
Iluminada por la luz de una ventana vi aparecer a Verónica, como si de un ángel se tratase. Era mucho más bella que en la foto que acababa de ver. Lucia unos tacones altos y un vestido negro ceñido a su cuerpo y lo que más me impacto fue su inmensa y gran sonrisa.
  -   Hola Josep, por fin nos vemos, tanto hablar por teléfono contigo ya tenia ganas de ponerle rostro a tan bella voz.
  -   Uy, gracias Verónica, un placer para mí también. (me sonroje al ver que ella dominaba la situación).
  -   Ven te enseño la casa, y te digo que obras quiero hacer, para que me hagas un presupuesto.
  -   Ok, te sigo.
Caminaba delante de mi con esa clase que tienen las mujeres seguras de si misma, no dejaba de hablar, tenía que esforzarme para seguir la conversación, ya que seguia su silueta entre la poca luz que entraba de las ventanas abiertas. Era como estar en un sueño.
Una mujer bella, sonriente, alegre y un cuerpo 10 cultivado seguramente por una buena alimentación  y mucho ejercicio.
  -  Josep, Josep (creo que me llamó más de 2 veces)
  -  Perdona Verónica, me despiste, dime
  -  Te decía si podrás empezar a final de mes.
  -  Si, claro, haré todo lo posible, el presupuesto lo tendrás el próximo martes.
Llevaba más de media hora contando todas las reformas que quería hacer, como una chica de las que pisan fuerte, se havia pasado todo ese tiempo coqueteando conmigo, sonrisas y miradas que me habían despertado un inusual deseo por ese atractivo tan innato de Verónica, cuando de repente empezó a tronar. Me miro con el semblante cambiado y me dijo:
  -  Me lo temía, empieza a tronar, con el miedo que me dan a mi las tormentas, en la vida sólo tengo dos temores, las alturas y los truenos.
La luz empezó a menguar considerablemente debido a la tormenta exterior y los truenos resonaban en el interior.
  -  Por favor, déjame que te abrace Josep, me dijo con un tono suave y una sonrisa picara, tengo mucho miedo, es peor que el vértigo que también padezco.
Y sin mediar una palabra más se abrazo a mi como una niña asustada. Me abrazaba tan fuerte que noté su miedo en mi piel, como también noté su perfume fresco que se apoderaba de mí. Volvió a resonar e iluminar en toda la mansión una nueva secuencia de rayos y truenos, que aproveché para intentar calmarla. la separé de mí y le dije:
  -  Verónica, tranquila, no pasa nada, estamos bajo techo y yo te protejo.
Me miró con pasión, sus ojos brillaban diferente, y sin pensárselo me beso como el que busca olvidarse lo que esta sucediendo en el exterior.
Sus labios carnosos se unieron a los míos mientras su lengua buscada la mía. Sus manos se colgaron de mi cuello, mientras otro trueno volvía a enmudecernos y hacia que su lengua me besase con más intensidad.
Estaba aguantando su delicado cuerpo en mis manos... empecé a acariciarla lentamente por la espalda mientras ella no dejaba de embrujarme con sus besos llenos de pasión , miedo y ternura... una mezcla que hacia que mi boca sintiese éxtasis de ese instante tan mágico como real que me hizo estremecer de arriba a abajo.
No sé cuanto duraría ese instante, pero fué tan intenso que hablaría de minutos. Se separo de repente de mi cuerpo, pues había dejado de tronar y volvió a la conversación anterior. Su sonrisa había cambiado, su brillo era mayor, y cada frase que decía la acompañaba con una pequeña carcajada que a mi me hipnotizaba. Su juego seguia...
Me tenía lleno de deseo, y creo que ella lo notaba, pues no paraba de reír, buscando mi mirada para intentar ver en mi interior.
Estaba claro, (ahora lo entiendo), ella, segura de si misma, con su autoestima bien alta dominaba la situación, sabia lo que quería y lo iba a conseguir.
Jugó conmigo, pues dedujo que me tenia comiendo en su mano y se mostro: dulce, sensible, agresiva (en pequeños instantes a traves de su mirada), traviesa, elegante ... todo le llevaba a seducirme, y así lo hizo.
La conversación de trabajo se acabo, y me dijo:
  -  Espera un momento Josep, ahora vuelvo.
Pasaron un par de minutos quizás cuando me llamó desde la habitación contigua.
  -  Josep, ven por favor, estoy en la habitación de al lado, entra y dirígete a la ventana.
Así lo hice, pues la habitación estaba a oscuras, mis nervios a flor de piel, y entonces escuche su voz muy próxima a mí.
  -  Abre la ventana por favor, sólo hasta la mitad. Eso mismo hice y iluminada por la poca luz que entraba vi a Verónica, estaba de cara a la pared con los brazos arriba y las piernas bien abiertas...ataviada con una preciosa lencería de encaje y unas medias negras.
Giró lentamente su preciosa cabeza y con su sonrisa aún más picara me dijo:
  -  Por favor, ven... necesito sentirte en mí.
Mi cuerpo no respondía a su llamada, contemplaba tal belleza y no podía creerme ser yo el elegido para tan precioso momento.
No tuvo que repetir la llamada, pues mis ganas de hacerla mía dieron su fruto y me acerqué lentamente para explorar su cuerpo perfecto, iluminado por la poca luz que entraba por la ventana.


La abracé desde atrás, mis manos recorrieron lentamente su cuerpo,  sus manos se posaron junto a las mías y me guiaron para que le desabrochase el corsé, sus pechos al airé al dejar caer esa preciosa pieza de lencería, justo cuando ella quitaba los enganches de las medias al corsé.... mis manos acariciaron sus senos lentamente mientras ella se daba la vuelta y me volvía a besar... empezó a desvestirme mientras yo jugueteaba con mis dedos dentro de su tanga... pude descubrir su humedad al recorrer todo su sexo lenta y delicadamente... nuestros cuerpos mal iluminados se estaban fundiendo desnudos al haber conseguido desvestirme en tiempo record.

Nuestras bocas unidas en saliva y lengua enloquecían al ritmo de nuestras manos, su respiración crecía al tiempo que su mano se poso lentamente en mi erguido pene para acto seguido arrodillarse y hacerlo suyo ante mi sorpresa... Verónica sabía lo que quería, en todo momento dominaba la situación... una vez satisfecha de saborear todo mi falo lentamente, se incorporó y me invito a ser yo el que bebiese de su sexo... su excitación y su entrega hicieron que se abriese bien de piernas para que mi lengua entrase con facilidad y pudiese disfrutar tan exquisito manjar... un sexo bien depilado... unos labios carnosos ... y unos jugos que me sabían a gloria me crearon tanta excitación que mi lengua seguia los movimientos pélvicos de Verónica.
Así conseguí que me diese de beber arrodillado ante ella...
Sus gemidos resonaban como anteriormente habían resonado esos truenos que nos unieron y crearon la magia de este momento.

Una vez satisfecho de saborear su interior, me incorporé, la abrace de nuevo, senti su perfume mientras mi lengua recorria todo su cuello, para acto seguido inclinarla en la pared... la penetré dulcemente en su sexo desde atrás... sus gemidos se volvieron más intensos.... marcaban mi ritmo y el movimiento de mis manos al acariciar sus pechos mientras los dos nos movíamos al unisono.
El siguiente orgasmo no tardo en llegar... su entrega era total, lo notaba en como su cuerpo se desvanecía con la certeza de que yo la sujetaba, se volvió a incorporar,se giró para volver a darme su saliva.. y mover nuestras lenguas con la pasión de dos personas que buscan su camino.... y que sobre todo quieren sentirse vivos... me invito a acercarme a la ventana donde ella se sentó con las piernas abiertas para facilitar que la volviese a penetrar... mi lengua besaban sus pechos y mordisqueaban sus pezones... el movimiento de su cuerpo acompasado al mío hacían que la penetración fuese intensa y sintiésemos como nos acoplábamos el uno al otro en unos movimientos que después de jadeos, caricias y besos pasionales por todo el cuerpo del uno al otro, llegamos a un orgasmo conjunto....

Jadeantes y sonrientes nos abrazamos para sentir el latido de nuestros corazones... nuestras lenguas satisfechas, pero no saciadas, se volvieron a unir... la pasión nos hizo entregarnos lentamente a la masturbación del otro mientras nuestras bocas no dejaban de unirse y separarse para quemarnos con el fuego de nuestras miradas...


Exhaustos y felices conversamos de lo maravilloso del momento y acabamos reconociendo que la vida esta ALLÍ DONDE NO LO ESPERAS.