Así me gusta cumplir años.
Tenía ganas de llegar a
casa, pues, después de la fiesta de mi aniversario no me había vuelto a acordar
del regalo que me habían regalado mis compañeras de trabajo.
Hoy mi cuerpo me pedía
sensaciones y me iluminé y sonreí cuando recordé que las amigas de batallas de
la oficina me regalaron un juguete sexual, mi primer vibrador.
Un vibrador no de grandes
dimensiones, color rosa y de una forma diferente a como yo imaginaba a los
vibradores. Una de mis amigas me explicó que la vuelta que da el vibrador en la
parte final es para darme placer en el clítoris mientras me penetro el
consolador de un tamaño de poco más que un dedo.
A mis cincuenta años de
edad estaba descubriendo nuevas cosas en el terreno sexual, y la de este magnífico
apartito de color rosa me estaba poniendo húmeda por momentos.
Mi fantasía era compartir
este juguete con mi amante (que estaba descubriendo en mí una nueva mujer). Pero sé que en estos días
no podía contar con él debido a su trabajo.
Nada más llegar a casa,
saludé a mi reina de 4 patas, que siempre se alegraba de verme, una perra que
me daba el cariño y la compañía necesaria a una mujer como yo, que decide vivir
sola.
Entro en mi habitación y
me desnudo completamente para poder
recorrer y disfrutar de mi cuerpo como me había enseñado Armando. Mis
manos acariciaban mis pechos lentamente, se detenían en mis pezones… los
pellizcaban, mi cuerpo desnudo estirado encima de la cama, se abría de piernas por momentos para poder sentir la
excitación en mi sexo.
Empezaba a estar empapada
cuando abrí el cajón de la mesita para sacar a mi niño rosa (así lo
bautice) y ver que me aportaba de nuevo
a mis masturbaciones de media tarde.
Tarde de verano, jornada
intensiva de trabajo y un calor inmenso fuera de casa, ahí estaba yo llena de
deseo imaginando las manos de mi Armando recorriendo mi cuerpo como yo lo
estaba haciendo. Mis ojos cerrados, mis dedos accediendo suavemente a mi sexo
completamente rapado, empezaban a dar ritmo a mí deseo. Mi primer orgasmo no
tardó en llegar, la excitación previa y la penetración suave de mis dedos
hicieron que mi cuerpo se dejase llevar con las imaginativas palabras que me
susurraba mi amante, al tiempo que con una mano
yo me acariciaba mis pechos,
mientras que los dedos de mi mano derecha hacían el resto en el interior
de mi sexo.
Disfrutando de esa
excitación y placer, me dispongo a estrenar a mi niño rosa, lo introduzco
lentamente en mi sexo, bien abierto, mis piernas bien abiertas para facilitar
la entrada de mí nuevo amigo y entregarme nuevamente a orgasmos y placeres
desconocidos….
Húmeda, mi niño rosa
entra suavemente, mientras todo mi cuerpo se estremece, mi pelvis se levanta
hacía arriba para poder disfrutar del nuevo placer de sentirme penetrada por un
cuerpo extraño que al mismo tiempo revoluciona mi clítoris…
Ufff
Ufff.
Increíble placer el que
siento, mi mano, no deja de entrar y sacar lentamente a mi nuevo amigo, ese
precioso regalo que mis queridas amigas me habían regalado 2 días antes. No se
cómo, pero mi mano cambiaba e ritmo como si ya supiese que tenía que hacer en cada segundo y además
hacerlo con el justo movimiento y la justa intensidad que necesitaba.
Mi ojos cerrados, volvían
a sentir los susurros imaginarios de mi amante, mi cuerpo encendido en placer,
se movía con la sorpresa y las ganas de
saber que esto no ha hecho más que empezar…. Sí, me encanta saber, que por fin
he cumplido (gracias a mis amigas) el placer de introducirme un juguete sexual
en mi interior…. Mi mano sin soltar mi niño rosa, deja de moverse para que sea
mi cuerpo el que se mueva para él. Me encanta sentirme penetrada y acariciada
en mi clítoris…. Mis caderas se mueven en círculo para poder sentir mayor
placer… mis dedos de la otra mano se sitúan en los labios de mi sexo para
aumentar así el placer nuevo e intenso que estoy descubriendo… Quiero más, ahí
llega mi nuevo orgasmo provocado por el movimiento de cuerpo… los susurros
ficticios de mi amante resuenan dentro de mí, en el momento de sentir como toco
el cielo por este momento que tanto me hubiese gustado compartir con él. Su
morbo y saber hacer han hecho de mí una mujer con ganas de vivir la sexualidad
y experimentar nuevos placeres desconocidos.
Me pongo de costado con
mi niño rosa dentro de mí, ahora con las piernas cerradas la sensación es
diferente, es como cuando me masturba mi amante y desde atrás me susurra las
palabras más obscenas que hacen que mi
cuerpo se estremezca sólo de sentirlas… si muevo ese juguete dentro de mi…. Mis
piernas cerradas hacen que el placer sea intenso.. mi mano con el movimiento
roza los labios de mi coño para darme mayor placer …. Si, sé que mi tercer
orgasmo está por llegar… quiero sentirme suya.. sentir como su deseo me llega a
través de susurros imaginarios, quiero una vez más sentir el poder que tiene
sus palabras en mí….
Mi cuerpo se entrega
nuevamente al placer, mi corazón se acelera al tiempo que mi mano suaviza los
movimientos para poder relajarme después de estos magníficos orgasmos que hacen
que me quedo dormida con el niño rosa en mi interior.
Me despierto y ya son las
seis de la tarde… desnuda y con una sonrisa inmensa en la cara, extraigo de mi
interior a mi niño rosa y me pongo en marcha, pues mi perrita ya me pide que la
acompañe para el paseo de la tarde.
Sonrío y vuelvo a
sonreír, que buen regalo, de los que recuerdo, és, ha sido y será uno de mis
mejores últimos regalos.