lunes, 5 de junio de 2017

Si ha de ser, será


Nuestros cuerpos estaban  desnudos encima de la cama, mi piel vibraba al compás de su respiración. Su pecho en mi pecho me regalaba los latidos de su corazón todavía acelerado. Su piel delicada me invitaba a acariciarla lentamente sabiendo que mis dedos se convertían en plumas ligeras que daban continuidad al placer experimentado anteriormente. Mueve levemente su cabeza buscando mi mirada. Sus ojos me acarician el alma, su piel se estremece al tacto de las caricias dulces de mi mano, mis dedos no cesan de recorrer todos y cada uno de los rincones de su desnudo cuerpo…. Cierro los ojos para memorizar y perpetuar en mí el éxtasis del momento. Siempre me habían explicado que el sexo con amor es el sueño de cualquier persona. Así le dan sentido a su sexualidad, que la entregarán cuando Cupido aparezca.

Ahora puedo entender a todas esas personas que niegan la entrega de su cuerpo como un mero intercambio de pieles para saciar sus instintos sexuales.

Mis pensamientos reviven todos y cada uno de los momentos experimentados en esta nueva etapa donde me creo un ser iluminado por la magia del amor. Su piel no deja de erizarse, nuestra respiración acompasada se funde al mirarnos, nos volvemos a besar una y otra vez, nuestra saliva se mezcla como si cocinásemos un coctel afrodisiaco que nos da energía para seguir inmersos en nuestra nube de placer. Sensaciones antes vividas, pero ahora multiplicadas y ampliadas para creer que somos parte del paraíso.

Nuestros cuerpos se entrelazan, las piernas hacen simples nudos una y otra vez intentado no separarnos. Nuestros pezones se erizan con el roce de nuestros pechos… mis dedos se entrelazan con su cabello al tiempo que acaricio su nuca… se acurruca en mi pecho con gemidos de gata que recorren todo mi cuerpo. Su respiración es excitante, su piel de nuevo erizada mimetiza la mía. Todo mi cuerpo flota ante tanto placer… los minutos se convierten en segundos.

Después de intensos y largos gemidos felinos ella se dirige de nuevo a recrearse con mi sexo completamente depilado. Los escalofríos son la nota dominante del momento, su lengua se posa lentamente sobre los labios de mi sexo completamente húmedo. Su salivosa lengua y su forma de moverla dan movimiento a mi pelvis intentando que clave toda su boca en mi vagina.

Por su posición mis manos acarician sus preciosos pechos redescubriendo  sus pezones que marcan la excitación del momento. Su dulzura al hacer suyo mi sexo es nuevo para mí, nunca tanta delicadeza visito mis labios vaginales que se engrandecen en cada comedido movimiento de la lengua de mi nueva y deseada amante. Sus manos se entretienen recorriendo mi cuerpo, provocando grandes escalofríos que agradezco con excitantes gemidos y el movimiento intenso de mi pelvis en su boca…

Se incorpora deslizándose por mi cuerpo hasta llegar a mi boca, nos besamos con un intenso cambio de salivas, mientras nuestras manos se unen con intensidad, sellando nuestro  amor en este mágico momento que siempre deseamos las dos. Los movimientos delicados de descubrirnos una a la otra hacen que la piel esté siempre erizada, gemidos inagotables que se suceden desde nuestro primer beso donde nos fundimos en nuestro amor… momento donde llegamos en timidez sabiendo la admiración, respeto y deseo que sentimos la una por la otra.

La noche nos visita al oscurecerse nuestro lecho donde sellamos para siempre nuestro silencioso amor de más de 20 años. Mi amada se queda dormida mientras mis manos la acarician después de entregarme su placer en incontables orgasmos grabados en mi mente con movimientos y gemidos tan puros como el silencio de nuestro amor que por fin brotó en un día mágico de primavera.

 

 


Me levanto sutilmente para no despertarla. Me giro de nuevo para ver su precioso cuerpo una vez más, extendida en su cama sobre el edredón que hace unos años le había regalado para su cumpleaños. La imagen es tan bella cómo nuestra historia de amor que empezó en la adolescencia.

Abandono la habitación para volver a la realidad de mi matrimonio, mi familia y mi trabajo… pero sabiendo que hoy aprendí a amar con toda mi alma… noches y días soñando vivir este momento que sin duda no imaginaba poder hacer realidad. Hoy sé que el amor no tiene sexo ni condición, y que las personas crecemos y amamos cada día… y si ha de ser será.