Es la correctora de mi nuevo libro de relatos
eróticos. Mar es más joven que yo, hemos hablado varias veces por teléfono,
cruzado mails, pero nunca nos hemos visto en persona. Es muy amable,
predispuesta, aporta ideas y todo lo hace fácil. Me la recomendó mi amiga
Dolores.
Hoy por fin nos vamos a conocer,
presentamos mí libro conjuntamente, Mar ha escrito el prólogo, un texto
precioso, lleno de sensibilidad donde explica el placer de dejarse llevar
mientras se lee y poder sentirse
protagonista de cada uno de los variados relatos.
Ella ha organizado todo con la supervisión
de la editorial, ha tirado de sus contactos para hacer una presentación por
todo lo alto en una de las librerías más de moda de Madrid. Viene un
responsable de la editorial, el acto está previsto a las 19:30 horas y lo
acabaremos con un servicio de catering con copa de cava incluida.
Estoy algo nervioso porqué hemos quedado para comer, la estoy esperando
en la puerta del restaurante. Mar y yo tenemos una conexión desde el primer
día, hemos hablado del sentido de la vida, de escritores que nos gustan a los
dos, pero sobre todo hemos hablado de sexo. Hablar de según qué temas escudado detrás
de un teclado es fácil, hoy es nuestro directo y no sé como vamos a reaccionar.
Yo soy algo tímido al principio, pero después puedo ser un auténtico descarado.
Ahí llega, veo como se aproxima, su paso
decidido hace que se giren varios hombres al verla pasar. Viste con minifalda,
americana negra y unos zapatos de tacón de vértigo. Sus labios carmín invitan a
besar su boca, el escote de su camisa blanca hace que mire su precioso pecho
que se entrevé con su sujetador de lencería blanca. Me mira y me sonríe, siento
un escalofrío que recorre todo mi cuerpo. Su magia en directo es mucho mayor…
su elegancia y saber estar me seduce en segundos. Mi predisposición y ganas de
conocerla le dan la excitación necesaria a mi entrepierna, me encanta estar
empalmado
Me sugiere que entremos en el restaurante,
yo sigo atónito ante el esplendor que irradia, solicita la reserva y nos
acompañan a un reservado. Estamos al final del comedor sentados en unos sofás
rojos con una mesa parada con todo tipo de detalles. La posición es una al lado
de otro al aprovechar la esquina del sofá. Desde mi posición le veo sus
preciosas y esbeltas piernas. Cada vez que sonríe se acerca a mí y roza muy
delicadamente mi brazo, izquierdo, sus piernas juguetean con mi rodilla. El
ambiente es extremadamente sensual y sexual.
Me dejo aconsejar en la elección del menú,
la bebida la elijo yo seleccionando un cava Juvé Camps Rosa purpura, un cava
exquisito para todo tipo de comida. Mar siempre sonríe, me encantan nuestras
miradas cómplices donde quizás ella piense lo mismo que yo. La deseo desde el
primer día que hablamos. Desconozco si está en pareja, sé que es una mujer
liberal y que tiene una hija encantadora. Su pasión es vivir cada momento
intensamente disfrutando de su pequeña princesa y sus amistades.
El tiempo pasa muy rápido, me comenta el
guión de la presentación mientras
jugamos a seducirnos. Le he cogido la mano en varias ocasiones y no presenta
rechazo, de piel clara y muy suave, le acarició la parte baja del brazo… su
piel se eriza mostrando su placer y mi mirada mi deseo. Nos sirven el café y
cierran las cortinas aterciopeladas de color granate. Me explica que pidió esta
mesa para poder hablar cómodamente los temas económicos del acuerdo que vamos a
firmar. Está todo claro he aceptado todo desde el primer momento, pero lo
formalizamos para nuestra tranquilidad.
Ella me dice:
-
¿Lo firmamos ya?
-
Vale
Acabamos de firmar el acuerdo, nos miramos
sin mediar palabra, deslizo mis manos por sus
piernas mientras Mar acepta mis caricias acercando su boca a la mía. Un beso
lento, muy lento donde nos regodeamos jugando con nuestros labios saboreando
nuestra saliva. Mordisquea mis labios con delicadeza recorriéndolos con su lengua
mientras mi manos buscan sentir su cuerpo entregado a mí. La pasión se apodera
de nosotros, mis dedos en su entrepierna notan la humedad de su sexo en el
tanga, lo esquivo para acariciar sus labios vaginales completamente mojados. Cierra
los mientras se abre a mí, la vuelvo a besar susurrándole que la deseo en mi
piel. Su mano desabrocha mi pantalón y saca mi excitación fuera, sin dudarlo
retira la mesa y se arrodilla haciéndome una mamada intensa donde mis manos
dominan su cabeza mediante tirones en su castaña melena. Entregados a la pasión
del momento la levanto y la inclino en mesa que todavía tiene las copas de
vino, una de ellas con su carmín perfectamente dibujado me recuerda su boca que
ahora no veo por estar empotrándola intensamente. Su falda arremangada y su
blusa abierta me dan una excitación extra que quiero plasmar en este relato
donde cumplo mi fantasía de tener a la musa sexual de mis últimos meses. Es agresiva
y delicada, esa mezcla tan difícil de
encontrar en una mujer, la suavidad de sus caricias contrasta con los jadeos
susurrantes que salen de su boca cada embestida que mi cuerpo le regala al son
de su movimiento.
Me regala su primer orgasmo, su pasión la
nota el mantel que aprieta para que sus gritos no salgan del reservado. La giro, la siento en la mesa y la penetro mientras
mis manos la sostienen para que no se acueste sobre la mesa llena de copas de
vino que son testigo de nuestro juego anterior. Un juego que los dos sabíamos como nos gustaría acabarlo. Sea abraza a mi
cuello mientras me susurra:
-
Te deseo, fóllame como una puta.
Nuestro deseo mutuo nos regala escalofríos que
acompañamos con intercambio de saliva, mordiscos intensos donde el dolor se mezcla
con el placer del orgasmo que me vuelve a regalar. Sus gritos los recibe mi oído,
me lleno de su placer cuando sus manos arañan mi espalda por encima de mmi
camisa. Me suplica que no pare, que siga embistiéndola para entregarme su nuevo
éxtasis. Mi cuerpo completamente suyo la obedece, mis embestidas las alterno
con movimientos leves y suaves para que recupere su respiración. Mientras la penetro
retira su sujetador pidiéndome que le muerda los pezones, mordiscos que
culminan en un nuevo orgasmo.
Me invita
a salir de su cuerpo, se baja de la mesa y se arrodilla ante mi pene que no
deja de lamerlo hasta que le regalo líquidamente mi éxtasis en su boca. Es mi
mayor momento de excitación y no deja de mover su boca para mi disfrute donde
noto como traga si semen mientras sus manos en mi culo lo aprietan para que no
salga de dentro de ella.
Llenos de
placer los dos, se incorpora y me dice:
-
Arreglémonos rápido, tu presentación nos espera.
-
Vale
Nos ayudamos a vestirnos mientras
dulcemente nos volvemos a besar.
No pierde su sonrisa, en este caso
angelical, Mar es la mujer que yo esperaba en mi vida.
Un deseo compartido y una entrega absoluta al placer de recibir sin desatender al otro, siempre tiene un final feliz, y describir nuestra pulsion erotica nos ayuda a experimentarnos. Me parece una historia muy sensual, intima y elegante.
ResponderEliminarMuy excitante. La entrega incondicional nos recompensa y nos da libertad y mucho placer.
ResponderEliminarDesde la primera vez que te leí hasta este último relato tu evolución ha sido astronómica. Felicidades.
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