domingo, 20 de mayo de 2018

Mar



    Es la correctora de mi nuevo libro de relatos eróticos. Mar es más joven que yo, hemos hablado varias veces por teléfono, cruzado mails, pero nunca nos hemos visto en persona. Es muy amable, predispuesta, aporta ideas y todo lo hace fácil. Me la recomendó mi amiga Dolores.


    Hoy por fin nos vamos a conocer, presentamos mí libro conjuntamente, Mar ha escrito el prólogo, un texto precioso, lleno de sensibilidad donde explica el placer de dejarse llevar mientras se lee y poder  sentirse protagonista de cada uno de los variados relatos.


    Ella ha organizado todo con la supervisión de la editorial, ha tirado de sus contactos para hacer una presentación por todo lo alto en una de las librerías más de moda de Madrid. Viene un responsable de la editorial, el acto está previsto a las 19:30 horas y lo acabaremos con un servicio de catering con copa de cava incluida.


    Estoy algo nervioso porqué  hemos quedado para comer, la estoy esperando en la puerta del restaurante. Mar y yo tenemos una conexión desde el primer día, hemos hablado del sentido de la vida, de escritores que nos gustan a los dos, pero sobre todo hemos hablado de sexo. Hablar de según qué temas escudado detrás de un teclado es fácil, hoy es nuestro directo y no sé como vamos a reaccionar. Yo soy algo tímido al principio, pero después puedo ser un auténtico descarado.


    Ahí llega, veo como se aproxima, su paso decidido hace que se giren varios  hombres al verla pasar. Viste con minifalda, americana negra y unos zapatos de tacón de vértigo. Sus labios carmín invitan a besar su boca, el escote de su camisa blanca hace que mire su precioso pecho que se entrevé con su sujetador de lencería blanca. Me mira y me sonríe, siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo. Su magia en directo es mucho mayor… su elegancia y saber estar me seduce en segundos. Mi predisposición y ganas de conocerla le dan la excitación necesaria a mi entrepierna, me encanta estar empalmado


   Me sugiere que entremos en el restaurante, yo sigo atónito ante el esplendor que irradia, solicita la reserva y nos acompañan a un reservado. Estamos al final del comedor sentados en unos sofás rojos con una mesa parada con todo tipo de detalles. La posición es una al lado de otro al aprovechar la esquina del sofá. Desde mi posición le veo sus preciosas y esbeltas piernas. Cada vez que sonríe se acerca a mí y roza muy delicadamente mi brazo, izquierdo, sus piernas juguetean con mi rodilla. El ambiente es extremadamente sensual y sexual.


    Me dejo aconsejar en la elección del menú, la bebida la elijo yo seleccionando un cava Juvé Camps Rosa purpura, un cava exquisito para todo tipo de comida. Mar siempre sonríe, me encantan nuestras miradas cómplices donde quizás ella piense lo mismo que yo. La deseo desde el primer día que hablamos. Desconozco si está en pareja, sé que es una mujer liberal y que tiene una hija encantadora. Su pasión es vivir cada momento intensamente disfrutando de su pequeña princesa y sus amistades.


    El tiempo pasa muy rápido, me comenta el guión de la presentación mientras  jugamos a seducirnos. Le he cogido la mano en varias ocasiones y no presenta rechazo, de piel clara y muy suave, le acarició la parte baja del brazo… su piel se eriza mostrando su placer y mi mirada mi deseo. Nos sirven el café y cierran las cortinas aterciopeladas de color granate. Me explica que pidió esta mesa para poder hablar cómodamente los temas económicos del acuerdo que vamos a firmar. Está todo claro he aceptado todo desde el primer momento, pero lo formalizamos para nuestra tranquilidad.

    Ella me dice:


-         ¿Lo firmamos ya?

-         Vale


   Acabamos de firmar el acuerdo, nos miramos sin mediar palabra, deslizo mis manos por sus piernas mientras Mar acepta mis caricias acercando su boca a la mía. Un beso lento, muy lento donde nos regodeamos jugando con nuestros labios saboreando nuestra saliva. Mordisquea mis labios con delicadeza recorriéndolos con su lengua mientras mi manos buscan sentir su cuerpo entregado a mí. La pasión se apodera de nosotros, mis dedos en su entrepierna notan la humedad de su sexo en el tanga, lo esquivo para acariciar sus labios vaginales completamente mojados. Cierra los mientras se abre a mí, la vuelvo a besar susurrándole que la deseo en mi piel. Su mano desabrocha mi pantalón y saca mi excitación fuera, sin dudarlo retira la mesa y se arrodilla haciéndome una mamada intensa donde mis manos dominan su cabeza mediante tirones en su castaña melena. Entregados a la pasión del momento la levanto y la inclino en mesa que todavía tiene las copas de vino, una de ellas con su carmín perfectamente dibujado me recuerda su boca que ahora no veo por estar empotrándola intensamente. Su falda arremangada y su blusa abierta me dan una excitación extra que quiero plasmar en este relato donde cumplo mi fantasía de tener a la musa sexual de mis últimos meses. Es agresiva y delicada, esa mezcla tan difícil  de encontrar en una mujer, la suavidad de sus caricias contrasta con los jadeos susurrantes que salen de su boca cada embestida que mi cuerpo le regala al son de su movimiento.


   Me regala su primer orgasmo, su pasión la nota el mantel que aprieta para que sus gritos no salgan del reservado.  La giro, la siento en la mesa y la penetro mientras mis manos la sostienen para que no se acueste sobre la mesa llena de copas de vino que son testigo de nuestro juego anterior. Un juego que los dos sabíamos  como nos gustaría acabarlo. Sea abraza a mi cuello mientras me susurra:


-         Te deseo, fóllame como una puta.


Nuestro deseo mutuo nos regala escalofríos que acompañamos con intercambio de saliva, mordiscos intensos donde el dolor se mezcla con el placer del orgasmo que me vuelve a regalar. Sus gritos los recibe mi oído, me lleno de su placer cuando sus manos arañan mi espalda por encima de mmi camisa. Me suplica que no pare, que siga embistiéndola para entregarme su nuevo éxtasis. Mi cuerpo completamente suyo la obedece, mis embestidas las alterno con movimientos leves y suaves para que recupere su respiración. Mientras la penetro retira su sujetador pidiéndome que le muerda los pezones, mordiscos que culminan en un nuevo orgasmo.


   Me invita a salir de su cuerpo, se baja de la mesa y se arrodilla ante mi pene que no deja de lamerlo hasta que le regalo líquidamente mi éxtasis en su boca. Es mi mayor momento de excitación y no deja de mover su boca para mi disfrute donde noto como traga si semen mientras sus manos en mi culo lo aprietan para que no salga de dentro de ella.

    Llenos de placer los dos, se incorpora y me dice:


-         Arreglémonos rápido, tu presentación nos espera.

-         Vale



     Nos ayudamos a vestirnos mientras dulcemente nos volvemos a besar.

    

    No pierde su sonrisa, en este caso angelical, Mar es la mujer que yo esperaba en mi vida.

3 comentarios:

  1. Un deseo compartido y una entrega absoluta al placer de recibir sin desatender al otro, siempre tiene un final feliz, y describir nuestra pulsion erotica nos ayuda a experimentarnos. Me parece una historia muy sensual, intima y elegante.

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  2. Muy excitante. La entrega incondicional nos recompensa y nos da libertad y mucho placer.

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  3. Desde la primera vez que te leí hasta este último relato tu evolución ha sido astronómica. Felicidades.

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