viernes, 8 de septiembre de 2017

Desde nuestra cama seguimos fantaseando


    Lo hemos meditado, nos miramos mi chica y yo. Acabamos de aparcar el coche, el nerviosismo y la excitación está presente. Llevamos algunos meses fantaseando y los comentarios han ido subiendo de tono. A Sonia le gustó la idea desde que le expliqué que es una de mis fantasías. Descubrí el lugar por arte de magia, cómo suceden las mejores cosas en esta vida, un día una amiga me mando un enlace por whatsap, en principio no era para mí (según Sonia, fue una manera de insinuarse conmigo).

    Nati, siempre me enviaba enlaces de libros que le gustaban a ella, pero en este caso al abrir el enlace mi sorpresa fue mayúscula. Lo medité una y otra vez antes de decírselo, pues es un tema que nunca habíamos hablado.

    La abrazo y la beso con la pasión de dos recién enamorados justo antes de tocar el timbre de la puerta. Ding dong y la puerta se abre para nosotros, nos cogemos de la mano. Un corto pasillo rodeado de plantas y accedemos al local. Nos recibe una preciosa y sexi mujer, sonrisa espectacular y muy amable.

-          Hola, ¿es vuestra primera vez? (no sé si notó nuestros nervios, o es pregunta de rigor).

-          Si, nuestra puesta de largo (sonreímos al unísono Sonia y yo).

-          Pues si queréis os enseño el lugar ¿qué os parece?

-          Perfecto.

   El lugar cómo es de esperar, está muy bien decorado, poca luz, televisores en las paredes que emiten películas porno, el aroma es refinado, es un perfume un tanto exótico que seguramente está seleccionado por alguien elegante y de buen gusto.

    Sonia está preciosa, su cara de niña a su cuarenta y poco y ese precioso vestido ceñido me vuelve loco. Unos leves toques de maquillaje y unos labios rojos intensos para la ocasión hacen que nada más llegar a la barra del local, las tres o cuatro parejas que hay la miren.
Nuestra anfitriona nos explica que en esta planta está la sala de los masajes, una sala unisex con sofás y camas (justo delante de la barra) y la sala Donut donde la entrada es para personas bisex.

    Se cruzan nuestras miradas, estamos excitadísimos, mi chica no me deja ni un segundo, sus manos aprovechan cualquier explicación para acariciarme por dentro de la camisa. Bajamos una planta y nos muestra dos salas más con camas con muy poca luz, justo al lado está el cuarto oscuro. A continuación una nueva sala también con camas en forma de U encaradas a una súper pantalla, en donde vemos con todo detalle la felación que hace una rubia espectacular a un chico de color con una envidiable tranca digna de admiración en la proyección de más de dos metros. Justo donde acaban las camas, está el acceso a la terraza, es increíble ver a diversas parejas (unas desnudas y otras no) en unas conversaciones en un tono tan bajo que podría ser música de fondo. Bordeamos la terraza y accedemos a la piscina cubierta que la acompaña un fantástico jacuzzi, sauna y unas cuantas duchas. Ahí nos encontramos tres parejas que individualmente juegan dentro de la piscina y un par de parejas dentro del Jacuzzi. Salimos por otro acceso a la zona de aguas que nos lleva a la escalera que comunica todas las plantas y bajamos a una nueva y última planta.  Accedemos a una sala grande en este caso bien iluminada que hace las funciones de discoteca, una gran barra en el fondo del local que está bastante ambientado, bailoteos y risas entre unos y otros donde la mayoría todavía conservan la ropa, donde las mujeres visten mayoritariamente muy sexys.        

   Salimos de la discoteca para visitar la mazmorra, una sala bastante bien equipada para mi modesta opinión de principiante. Aquí predomina prácticamente la oscuridad a excepción de una mesa de operaciones (por llamarla de alguna manera), donde una persona se tumba incómodamente atándola de manos y pies para así abrir su sexo. En otro pequeño habitáculo una cama redonda ocupa todo el lugar donde un par de parejas interactúan armonizando gritos de placer y gemidos de uno de los dos empotradores. Sonia no se separa de mí. Su mano se aferra firmemente a la mía. Por último y en la misma planta unos baños con duchas para acabar el recorrido. Volvemos a subir las dos plantas, más otra planta nueva donde están las taquillas cómo si de un GYM se tratase.

    Liberados de nuestra anfitriona nos quedamos en la barra de arriba (planta a nivel de calle). Pedimos un Gin tónic y una copa de cava para brindar por nuestra primera noche en un club swinger. Nos miramos con las otras tres parejas que hay en la barra, un chico bien guapo sonríe a Sonia que tímidamente baja la cabeza y se resguarda besándome con pasión. Nuestras lenguas intercambian saliva y placer. Erecto cómo un bate de beisbol mi chica se atrinchera dentro de mi pantalón donde segundos antes lo ha desabrochado y bajado la cremallera. Sus caricias en mi pene junto con el movimiento de su lengua desbordándome con su saliva hace que cuando la camarera nos pone las copas la ignoremos completamente, no es mi intención pero no puedo resistirme a mi amante enloquecida.

    No sé cómo lo hace pero me baja del taburete, se arrodilla y empieza a chuparme la polla como si saborease un helado en la playa. Unta su mano de saliva y me pajea la parte de la polla que no le entra en la boca, la saliva en sus dedos acompañando a los lametazos de su lengua me hacen tambalear las piernas. Nunca antes nadie me había chupado la polla igual, su entrega es dulcemente viciosa. El movimiento de su cabeza a la altura de la barra crea el interés de una de las parejas que se acerca a nosotros, es el guapo de antes, de unos cuarenta años, y su chica de melena rubia y un pecho precioso que se intuye bajo su blusa blanca. Cada vez se aproximan más a nosotros, Sonia ajena a la proximidad de los invitados, sigue inmersa en la especialidad de como denominamos el idioma del país vecino. La chica me sonríe, quieren interactuar con nosotros, él acaricia el pelo se Sonia sin saber si soy yo quien la está acariciando, le dejo hacer al guapo al tiempo que la rubia apoya todo su cuerpo en el mío. Acorralan a Sonia que se levanta alterada, busca mi mirada ya que no entiende cómo tan rápidamente han invadido nuestra espacio. Me besa, me abraza y me susurra:

-          Amor, ya sabes que no venimos a interactuar. Estoy súper mojada quiero que me folles tú, y lo necesito ya.

Refregamos nuestras caras al besarnos el cuello ante la mirada de los invitados inesperados, y ahora soy yo quien le susurro:

-          Si amor, es lo pactado, venimos a disfrutar del morbo de ver y ser vistos, no te preocupes (mientras me pongo bien los pantalones guardando la herramienta para más adelante).

    Sonrío, le doy la mano a Sonia, cogemos las bebidas y nos vamos no sin antes acercarme al guapo y decirle.

-          Disculparnos, es nuestra primera vez y de momento no estamos preparados para disfrutar con otras personas. Por cierto sois, una pareja de bandera.

-          No os preocupéis, todos hemos pasado por ahí. Vosotros también nos gustáis.

    Subimos a la zona de taquillas, queremos disfrutar de la desnudez, los dos somos nudistas y nos encanta la libertad de que nada nos apriete. Nos vamos desnudando mientras me comenta el agradable y excitado sobresalto que acaba de tener. Desnudos los dos compruebo lo que ya intuyo, está húmeda, sus labios chorrean el placer de comer mi verga minutos antes. La de veces que hemos fantaseado esta escena ante desconocidos.

    Desnudos, cubiertos tan sólo por la toalla, recorremos prácticamente las tres plantas del local. No osamos entrar en el cuarto oscuro, demasiadas sensaciones. Nos acabamos la copa en la terraza mientras observamos el ir y venir del resto de parejas.

    Nos decidimos refrescar en la piscina ocupada solamente por una pareja bastante más joven que nosotros. Ellos en un lateral y nosotros en el otro, las miradas van y vienen pero cada uno está gozando de su pareja. La empotro desde atrás dentro de la piscina, notando la apertura de su sexo cada vez que se inclina, para facilitar mis embestidas de animal desbocado. Mi excitación es inusual al notar las miradas de las otras parejas, que gracias a los intensos gritos de Sonia nos están todas mirando. Volvemos a ser el centro de atención, y eso nos gusta a los dos, es lo que hemos soñado y fantaseado últimamente, y hoy lo hacemos realidad. Siguen mis embestidas animales mientras otra pareja se aproxima a nosotros. Sonia de nuevo ausente a sus intenciones tomo yo las riendas y con la cabeza les indico que no. Muy educadamente se retiran un poco, pero siguen atentos al orgasmo tan mágico que nos regala Sonia a todos. Seguimos enganchados el uno al otro, yo desde atrás cambio los ritmos de la penetración mientras le susurro:

-          TE AMO, gracias por darme todo a mí, por ser tu elegido. (su cuerpo se estremece con mis palabras).

    Busco de nuevo su placer sabiendo que después de su primer orgasmo se repiten otros no tan intensos, pero si más seguidos.  Mis manos en sus pechos y su pelo enredándose en mi barba, no dejo de empotrarla, apunto de llegar a mi orgasmo, con mis  jadeos la hago participe de mi inminente corrida y ella me regala un nuevo éxtasis que nos lleva a los dos al paraíso. Poco a poco nos recomponemos abrazándonos y volviendo a la realidad que nos descubre que en la zona de aguas reina el silencio donde nosotros hemos sido la banda sonora de esta auténtica y real película donde el amor, deseo y respeto han sido el guion de los personajes invitados.

    Una segunda copa, mimos cariños y sensaciones compartidas culminan nuestra primera noche SWINGER.

           Desde nuestra cama seguimos fantaseando con volver otro día.

1 comentario:

  1. En el fondo a todos nos gusta exhibirnos y ser admirados. Interesante experiencia.

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